El Perú es un país con una gran diversidad ambiental, desde la selva amazónica hasta los Andes y la costa desértica. Cuando hablamos de cambio climático, sin duda debemos pensar localmente, donde tenemos suficientes actividades como la deforestación, la minería ilegal y la contaminación del aire y del agua que afectan la vida y la salud de los peruanos. El impacto causado luego del ciclón Yaku, y ahora el Fenómeno El Niño, aún nos siguen dando lecciones de lo que perdemos por falta de interés, inversión y legislación en materia ambiental. Otro ejemplo ha sido la discutida solicitud de reconsideración al Pleno del Congreso para reabrir la votación de la autógrafa de los Proyectos de Ley 649, 894 y 2315, que propone modificar la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley Nº 29763).
Según data de NDC (Nuestro Desafío Climático | MINAM) se ha estimado que no actuar ante el cambio climático le costaría al Perú una reducción del Producto Bruto interno entre 11 % y 20 % hacia el año 2050 y una pérdida por habitante de cerca de 9 % hacia el año 2050 y al 2100 en aproximadamente 22 %. Esta pérdida representaría la inversión en educación en el Perú por 3 años.
El retroceso de nuestros glaciares, producto del calentamiento de la atmósfera, que provocaría la reducción de la disponibilidad hídrica para el desarrollo de diversas actividades como la agricultura, la generación hidroenergética y el consumo humano, son el ejemplo más visible del cambio climático en nuestro país. Junto a ello, el 67 % de los desastres en el territorio nacional son eventos relacionados al clima. De hecho, 14 millones de peruanos, casi la mitad de la población del país, son vulnerables a la inseguridad alimentaria, lo que está directamente vinculado al cambio climático y sus secuelas (sequías, heladas, etc.). Más de 5.6 millones de peruanos están expuestos a heladas y friajes; 2.6 millones expuestos a sequías; y 5.5. millones son vulnerables a lluvias intensas (*)
Las proyecciones estiman que al 2025, con la adaptación al cambio climático, se evitarían pérdidas de US$ 9906 millones anuales (4.4% del PBI). ¿Cómo? promoviendo cambios en nuestros hábitos de consumo, formas de producción, políticas de Estado, estrategias empresariales.
Conforme buscamos nuestro desarrollo humano, debemos recordar la responsabilidad que tienen las empresas en la sostenibilidad del medio ambiente y cómo pueden tomar medidas para reducir su impacto ambiental. Esto incluye la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la gestión adecuada de residuos y el uso eficiente de los recursos naturales.
Es necesario que las empresas comprendan que la sostenibilidad no solo es una responsabilidad ética, sino también una necesidad económica. Los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de las empresas y están dispuestos a pagar más por productos y servicios sostenibles. Además, las empresas que invierten en tecnologías sostenibles pueden reducir sus costos a largo plazo y mejorar su eficiencia operativa.
No hay otro resultado que la ganancia para todos. Porque nos permitirá estar mejor preparados antes los efectos adversos del cambio climático y apostar por un futuro sin emisiones de carbono, en beneficio de las presentes y futuras generaciones.
*Fuente: NDC (Nuestro Desafío Climático | MINAM)
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